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La hegemonía de los consumos altos de proteína

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Rubén Hernández González

Técnico en dietética y nutrición colegiado 2808 COPTESSCV experto en salud y rendimiento deportivo desde una perspectiva integradora.

Cualquier persona que se haya adentrado un mínimo en el ámbito de la nutrición, su relación con la salud y/o el rendimiento deportivo, probablemente tendrá entendido que primar el consumo de ‘alimentos proteicos’ (batidos de suero, carne, pescado…) en su dieta es una prioridad para mantener un ‘estado de salud óptimo’, para aumentar la masa muscular o mejorar el rendimiento deportivo.

Existe una clara discrepancia dentro del ámbito científico alrededor de la ingesta diaria recomendada (RDA) de proteínas, esto ha dado lugar al establecimiento de una narrativa que propone que, un nivel de ingesta proteica más alto que el indicado por las ‘recomendaciones oficiales’1 2 3 y/o respecto al nivel promedio de ingesta de proteínas de la población, es preferible o mejor cuando se valora evitar desenlaces de salud como la sarcopenia o cuando se busca conseguir aumentar la masa muscular en deportistas que hacen ejercicio de fuerza.

Esto es cuanto menos curioso, ya que los sondeos de consumo de proteína en la Unión Europea y EE.UU. sugieren que la población general supera con creces la ingesta diaria recomendada (RDA) para este macronutriente. Además, el estudio más amplio y completo que evalúa el consumo de alimentos y nutrientes en el mundo para cuantificar el impacto de su ingesta subóptima en la mortalidad y la calidad de vida, no tiene en cuenta la falta de consumo de proteína como uno de los 15 principales factores de riesgo.4

Se ha logrado establecer a nivel mediático que ingerir ‘más proteína’ tiene un resultado positivo en la práctica deportiva y efectos favorables sobre la salud. El grado es tal, que este paradigma redunda el mercado de la suplementación deportiva y los divulgadores de salud; llegando incluso hasta la industria alimentaria.

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Finalidad del análisis

El objetivo de este artículo es explicar porqué recomendar un consumo de proteínas superior al propuesto por la RDA:

  • No implica una ventaja en términos de salud.
  • No es un factor limitante para el aumento de la masa muscular y/o para la mejora del rendimiento deportivo.
  • No está basado en el mayor grado de confianza que nos ofrece la evidencia científica.

Es importante dejar claro que existen múltiples consideraciones con este asunto; sobre todo para entender cuál es la parte práctica que emerge de los estudios y la teoría. También cabe destacar que tomar por válida cualquier recomendación oficial puede ser caer en una falacia de autoridad, pero existen diferentes razones que nos permiten confiar en la RDA de proteínas:

  • Aunque las fuentes de financiación no determinan la veracidad de un estudio, no existe ningún conflicto de interés detrás de su financiación, ya que el Instituto Nacional de Medicina (IOM), ahora conocido como Academia Nacional de Medicina (National Academy of Medicine), es un órgano no institucionalizado que, aunque recibe fondos públicos para llevar a cabo sus tareas, no fue remunerado directamente por el informe que conformó donde se trata el tema que nos ocupa.
  • La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) es un organismo que se caracteriza por su transparencia. En el año 2011 abrió una consulta pública para abordar las críticas a la RDA de proteínas. Estas objeciones están contestadas de forma organizada en un documento que analizamos en este artículo de opinión.3

Críticas a la RDA

Respecto a la calidad de la evidencia provista por los requerimientos de proteínas, se han esbozado bastantes críticas, tal como se comenta en un editorial de dos famosos autores: “Pocos estarían en desacuerdo en que muchas de las herramientas para revisiones sistemáticas y evaluación formal de la calidad de la evidencia, riesgo de sesgos, heterogeneidad de estudios, y similares, no se aplicaron a las recomendaciones de las Ingestas Dietéticas de Referencia (Dietary Reference Intakes, DRI).” 5

Muchas de estas objeciones se centran en la falta de actualización, apuntando a que se pueda tener en cuenta la evidencia más reciente o nuevos métodos que permitan volver a valorar los requerimientos oficiales. La cuestión que surge en este contexto es si nuevo es sinónimo de mejor, por ello, estas novedosas maneras de proceder y analizar deben ser previamente validadas por los organismos oficiales o institucionalizados para poder fijar un nuevo estándar, algo que todavía no ha sucedido.

¿Qué es un requerimiento de proteínas?

Para matizar el objetivo de este artículo, tenemos que definir qué significa un requerimiento de proteínas nutricionalmente adecuado en adultos saludables, esto lo entendemos como: “la ingesta continua de proteínas dietéticas que es suficiente para alcanzar el equilibrio de nitrógeno corporal (balance cero) en una persona inicialmente sana, con una composición corporal aceptable, en equilibrio energético y bajo condiciones de actividad física moderada tal y como se determina después de un breve período de ajuste a un cambio en la ingesta de proteínas de prueba.”6

Adecuación nutricional

Las guías elaboradas por la Scientific Committee for Food of the European community (SCF) en 19937 nos ayudan a determinar la adecuación nutricional de un nutriente.

La adecuación nutricional se define como la ingesta suficiente de nutrientes necesarios para cumplir con los requisitos nutricionales para mantener una salud óptima. Los criterios que generalmente se utilizan para definir la adecuación de la ingesta son: la prevención de enfermedades por deficiencia, la prevención de enfermedades crónicas o la reducción del riesgo de enfermedades asociadas con la dieta, condiciones de salud nutricional subclínicas identificadas por medidas bioquímicas o funcionales específicas, o requisitos para mantener el equilibrio fisiológico.8

La recomendación sobre la ingesta de proteína se traza señalando tres niveles, en una distribución de frecuencia de los requerimientos individuales, para un nutriente en una campana de Gauss: 

  • Ingesta Mínima Umbral (Lowest Threshold Intake; LTI): Ingesta por debajo de la cual casi todas las personas serán incapaces de mantener la integridad metabólica según el criterio elegido. Punto A.
  • Requerimiento promedio del grupo (Average requirement; AR); punto B.
  • Ingesta de Referencia de la Población (Population Reference Intake, PRI): aquí se refieren a la Ingesta Diaria Recomendada (Recommended Dietary Allowance; RDA). Es la ingesta que cubrirá las necesidades de casi todas las personas saludables en un grupo. Punto C.
Gráfico adaptado por Rubén Hernández7

Por lo tanto, la RDA trata de encontrar el requerimiento de casi toda la población a nivel individual (la ingesta que cubre las necesidades del 97.5% de la población). Para hacer una estimación lo más fiable posible, tuvieron que medir la variación interindividual, que es la evaluación de los datos individuales con repeticiones de experimentos o mediciones a distintos niveles para las mismas personas.

Según el análisis de la SCF, las ingestas se determinaron según los gramos de proteína neta por kg de peso total y día (gr/kg/día), es decir, la ingesta es relativa, no absoluta:

  • LTI: 0.45/gr/kg/día.
  • AR: 0.6/gr/kg/día.
  • PRI / RDA: 0.75/gr/kg/día.

Con esto, los requerimientos de proteína de referencia fueron revisados y actualizados de forma exhaustiva por última vez en el año 2003, por el grupo de William M Rand:6

  • AR: 0.65/gr/kg/día.
  • PRI / RDA: 0.83/gr/kg/día.

Métodos de medición

A la hora de determinar los requerimientos proteicos individuales los investigadores tomaron el único método que existe validado y consensuado: la técnica del balance de nitrógeno. Esta técnica sigue siendo el método principal para determinar el requerimiento de proteínas en adultos, tal y como se discute en los principales informes de referencia como el de la FAO/OMS/ONU de 1985,1 en el informe del IOM de 20052 o en el documento de la EFSA de 2012.3

Existen otros métodos de estimación de los requerimientos proteicos como el de balance de carbono o el del indicador de oxidación de aminoácidos (IAAO), pero el método de balance de nitrógeno es el único que considera directamente la estabilidad de la reserva de nitrógeno del cuerpo y que tiene en cuenta las diversas funciones y vías metabólicas de las proteínas

Técnica del balance de nitrógeno

La técnica del balance de nitrógeno consiste en la determinación de la diferencia entre la ingesta de nitrógeno y la cantidad de nitrógeno excretada en la orina, heces, sudor y otras pérdidas misceláneas como las seminales, dérmicas o lacrimales. En la mayoría de los experimentos solo se ha medido directamente el contenido de nitrógeno de la dieta, la orina y las heces, con lo que se han hecho estimaciones para el resto de pérdidas que discurren por otras vías.

En el informe del IOM2 se hace referencia a los criterios de inclusión que ha tenido Rand en su metaanálisis,6 donde se midieron al menos tres niveles de ingesta de nitrógeno durante periodos de 10 a 14 días, es decir, se requerían datos individuales para, mínimo, tres niveles de ingesta adaptados consumiendo la dieta durante al menos 10 días y con recolección de nitrógeno en la orina y las heces en los últimos 5 días del período de la dieta.

El requisito se estima mediante la interpolación de los datos de balance de nitrógeno hasta el punto de equilibrio cero de nitrógeno para adultos o para un crecimiento adecuado (balance positivo) en niños. La respuesta del balance de nitrógeno no es lineal en todo el rango que existe bajo el nivel de mantenimiento, la pendiente disminuye considerablemente a medida que se aproxima a las ingestas que producen un balance cero o que superan ligeramente este balance cero de nitrógeno.10

Principales limitaciones del método de balance de nitrógeno

  • Los estudios que emplean la técnica del balance de nitrógeno son muy cuidadosos tomando las muestras ya que es sencillo sobreestimar la ingesta y subestimar la excreción, lo que puede dar lugar a balances de nitrógeno falsamente positivos. De hecho, esto suele ser un error común porque se puede comprobar cotejando la estabilidad normal del peso corporal o porque puede proyectar una capacidad de aumento de masa muscular en el tiempo inverosímil.

    En torno a este asunto, el IOM manifiesta: “Una sobreestimación del balance de nitrógeno parece consistente a lo largo de la literatura debido a que hay muchas observaciones de una retención aparentemente considerable de nitrógeno en adultos.11 Esta observación es biológicamente improbable porque (a) los adultos normalmente no acumulan proteínas corporales, y (b) la magnitud de los balances de nitrógeno positivos es inconsistente con la estabilidad del peso corporal.”

  • Aunque la relación de respuesta fisiológica entre la ingesta proteica y el balance de nitrógeno no es lineal, el análisis estadístico se evalúa desde una interpolación lineal. Es decir, los datos se estiman dentro del rango de información obtenida y, además, los niveles de ingesta proteica establecidos deben encontrarse cerca del punto de balance de nitrógeno 0 para conservar la fiabilidad del método.
Diferencia entre interpolación y extrapolación12
  • La tasa de recambio de la urea es lenta y adaptativa, por lo que se requiere de varios días de curso en cada nivel de proteína dietética probado para alcanzar una nueva estabilidad en la excreción de nitrógeno (El IOM dice: “Una tercera limitación del método de balance de nitrógeno es que, dado que el requisito está definido para el individuo, y los estudios rara vez proporcionan exactamente la cantidad de proteína necesaria para producir un balance cero, es necesario estudiar a los individuos en varios niveles de ingesta de proteínas en la región del requisito para que se puedan interpolar estimaciones de los requisitos individuales.”), de lo contrario, podrían darse las siguientes situaciones (entre otras):

Nivel de ingesta de proteína de partida bajo y nueva ingesta de proteína más alto

Durante el periodo de adaptación se va a producir un balance de nitrógeno positivo hasta que se regularice la tasa de adaptación de nitrógeno. Con esto, si tomamos medidas durante el periodo de adaptación, pueden mostrarse artificialmente favorables hacia el establecimiento de un consumo proteico más elevado que el de partida.

Nivel de ingesta de proteína de partida alto y nueva ingesta de proteína más baja

Durante el periodo de adaptación se va a producir un balance de nitrógeno negativo artificial hasta que se regularice la tasa de adaptación de nitrógeno. Esto puede maquillar un resultado en el que la nueva ingesta de proteínas es desfavorable.

Resumen de las limitaciones del método de balance de nitrógeno

Con esto podemos establecer que cualquier estudio que pretenda determinar un nuevo requerimiento proteico con los desenlaces de salud anteriormente propuestos, puede ser tomado como válido en tanto en cuanto se ajuste a las siguientes condiciones:

  • Emplear la técnica de balance de nitrógeno.
  • Informar acerca del nivel de ingesta proteica y balance energético de los participantes previo al comienzo del estudio.
  • Establecer un periodo de adaptación, superior a 10-14 días, de todos los participantes a una nueva ingesta proteica para que partan de un balance de nitrógeno neutro; cero.
  • Los sujetos de la intervención deben ser estudiados en diferentes niveles de ingesta de proteínas para que las estimaciones de los requerimientos puedan ser interpoladas.
  • Las fuentes de proteína dietarias reportadas deben contener todos los aminoácidos.
  • Los sujetos estudiados no deben encontrarse en una situación fisiológica crítica que pueda alterar la fiabilidad de las mediciones.

¿Exceder la RDA?

Quizás, llegados a este punto, la preocupación creciente puede ser si existe algún beneficio adicional con un consumo proteico más elevado que el indicado por la RDA en una población deportista, anciana o ambas, pero esto ya lo tiene en cuenta el grupo de Rand para la revisión presentada anteriormente.

Estudios que corroboran los hallazgos entorno al RDA de proteínas

Estas son algunas de las intervenciones que han obtenido resultados que apoyan la RDA de proteínas:

  • Los investigadores de un estudio13 llevado a cabo con sujetos jóvenes en cámaras metabólicas, donde se controló su ingesta energética en diferentes niveles, la ingesta proteica a un nivel de 0.57 gr/kg/día y ejercicio físico en cinta para andar, bicicleta estática o ambas, encontraron que la mejora en la retención de nitrógeno con el ejercicio, en presencia tanto de ingestas de energía en exceso como de equilibrio energético, sugiere que el requerimiento de proteínas para mantener el tejido magro existente en un individuo crónicamente activo puede ser algo menor que el de uno que está inactivo. 
  • Un ensayo clínico aleatorizado en población anciana14 y con una duración de seis meses, comparó la ingesta de 0.8 gr/kg/día con una de 1.3 gr/kg/día en endpoints de masa muscular, fuerza, función física, calidad de vida, equilibrio y potencia muscular sin encontrar diferencias entre ambos grupos atribuibles al consumo proteico.
  • En la intervención de Lemon y colaboradores15 se compararon ingestas de proteína de 1.35 y 2.62 gr/kg/día durante las primeras 12 semanas de un entrenamiento de resistencia en hombres jóvenes atletas de fuerza. Aunque el grupo con mayor ingesta de proteína tuvo ligeramente mayores ganancias en algunas medidas (densidad corporal, área muscular del muslo medio y fuerza de piernas), las diferencias fueron pequeñas, tal como comentan en el propio estudio. Por otro lado, el IOM detalla en su informe2 que: “la interpolación lineal de los balances de nitrógeno (-3.4 y +8.9 gr/día) sugirió un requerimiento de proteínas de 1.4 a 1.5 gr/kg/día. Sin embargo, esta estimación del requerimiento no es realista porque el balance de nitrógeno positivo de 8.9 gr/día corresponde a un aumento de tejido magro de aproximadamente 300 gr/día. Las mediciones de composición corporal no mostraron cambios en la masa corporal magra, la excreción de creatinina o el contenido de nitrógeno en el músculo bíceps en ninguno de los grupos dietéticos. Además, aunque hubo aumentos en algunas mediciones de fuerza, no hubo ningún efecto atribuible a la dieta. Por lo tanto, los datos disponibles no respaldan la conclusión de que el requerimiento de proteínas para individuos que realizan entrenamiento de resistencia sea mayor que el de sujetos que no hacen ejercicio.”

Como podemos comprobar, los hallazgos de Rand6 se pueden corroborar mediante la replicación, siempre y cuando se tengan en cuenta las condiciones iniciales y no existan factores de confusión importantes.

Así, entendemos que, si existe una ingesta proteica superior a 0.8 gr/kg/día que haya demostrado beneficios contrastables bajo las variables del método de balance de nitrógeno o que haya sido evaluada bajo unos nuevos métodos de medición superiores técnica o metodológicamente a estos, es probable que se hubiera reevaluado y actualizado ya la RDA oficialmente.

Conclusiones 

A continuación detallamos los principios que podemos destilar de la investigación y análisis llevados a cabo.

A nivel de salud

  • 0.83/gr/kg/día es la cantidad de proteína a partir de la cual no podemos observar ningún tipo de beneficio añadido en la salud bajo los estándares propuestos en la definición de requerimiento.
  • Los ensayos que permiten evaluar la RDA para las proteínas conllevan una serie de procedimientos preliminares que determinan su validez para establecer esta recomendación. Cualquier otro ensayo que busque reformular la RDA, debe demostrarlo bajo tales condiciones o establecer un nuevo método capaz de medir de una forma más precisa las funcionalidades de la proteína ingerida en el organismo.
  • La RDA para las proteínas establece un nivel de consumo para este macronutriente a partir del cual no puede observarse ningún beneficio añadido. No se trata de un límite inferior, sino uno que prevé someter a una sobreingesta de este macronutriente a la mitad de la población para que la otra mitad no tenga deficiencias. Es decir, el 50% de la población podría mantener un nivel de salud óptimo con una ingesta de 0.66 gr/kg/día de proteína.
  • El cuerpo humano regula la eficiencia en la retención de nitrógeno en función del consumo proteico, el nitrógeno disponible y el estímulo al que se somete. Es decir, cuanto menor sea la cantidad de proteínas ingeridas, mayor es la eficiencia de su aprovechamiento.

A nivel deportivo

  • El deporte optimiza la retención de nitrógeno de manera adaptativa.
  • Existe un límite para la retención de nitrógeno inducible mediante el estímulo del entrenamiento de fuerza o aeróbico, que es independiente de la cantidad de proteína que se ingiere.
  • Todo el nitrógeno que excede el umbral de retención es potencialmente excretable.

Consideraciones

  • Personas con una situación de salud crítica, como un paciente de hemodiálisis, o en situaciones fisiológicas que condicionan el aprovechamiento proteico, como un atleta que ha inducido un balance energético negativo para perder tejido adiposo, podrían necesitar un consumo proteico superior a la RDA.
  • Una dieta nutricionalmente adecuada conduce a un consumo proteico igual o superior a la RDA. Mientras, en personas activas con un alto flujo energético o atletas con altas ingestas calóricas relativas al peso corporal, como aquellos que hacen endurance, será incluso complicado no exceder el doble de la RDA para las proteínas.
  • La utilización de las proteínas dietéticas en el organismo está condicionada por la ingesta de energía y el balance energético. La adición de energía mediante la dieta mejora la retención de nitrógeno en cualquier nivel de ingesta de proteína diario hasta alcanzar una meseta por medio del aumento de la síntesis proteica y la reducción en la oxidación de aminoácidos.9

Mi opinión

De cara a la práctica clínica, la RDA no debe servir como un estándar rígido, sino como una referencia. Debe conjugarse con la adherencia mínima que se espera del paciente cuando se establece un protocolo dietético de intervención, o lo que es lo mismo, un abordaje basado en el grado de aplicación y no en un falso dilema donde nos ajustamos estrictamente a la RDA o la excedemos exponencialmente. 

Conocer la RDA de proteínas, la facilidad para alcanzarla con una dieta nutricionalmente adecuada y saber que superar este umbral no conlleva ningún perjuicio para la salud, nos permite poner el foco en cuestiones realmente importantes como la prevalencia de enfermedad cardiovascular, los trastornos de la conducta alimentaria o la baja biodisponibilidad energética.

Con todo esto, me muestro completamente abierto a la posibilidad de que puedan revisarse las RDA de nuevo, especialmente la de proteína, y abrazar conocimientos evaluados con herramientas actualizadas y validadas de forma oportuna.

Este artículo apunta a un sano escepticismo ante el boom de la industria alimentaria con sus productos de nicho, las marcas de suplementación deportiva con los sueros de proteínas y las dietas basadas en el consumo de alimentos proteicos como la carnívora o cetogénica.

Si necesitas ayuda u orientación para mejorar tu salud o rendimiento deportivo, pide cita ahora para ponernos manos a la obra con tus objetivos.

Referencias

  1. Energy and protein requirements. Report of a joint FAO/WHO/UNU Expert Consultation. World Health Organ Tech Rep Ser. 1985;724:1-206. PMID: 3937340. ↩︎
  2. Institute of Medicine. 2005. Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids. Washington, DC: The National Academies Press. ↩︎
  3. EFSA NDA Panel (EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergies), 2012. Scientific Opinion on Dietary Reference Values for protein. EFSA Journal 2012; 10(2):2557, 66 pp. doi:10.2903/j.efsa.2012.2557 ↩︎
  4. GBD 2017 Diet Collaborators (2019). Health effects of dietary risks in 195 countries, 1990-2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017. Lancet (London, England), 393(10184), 1958–1972. ↩︎
  5. Bier DM, Willett WC. Dietary Reference Intakes: resuscitate or let die? Am J Clin Nutr. 2016 Nov;104(5):1195-1196. doi: 10.3945/ajcn.116.144469. Epub 2016 Oct 12. PMID: 27733395. ↩︎
  6. Rand WM, Pellett PL, Young VR. Meta-analysis of nitrogen balance studies for estimating protein requirements in healthy adults. Am J Clin Nutr. 2003 Jan;77(1):109-27. doi: 10.1093/ajcn/77.1.109. PMID: 12499330. ↩︎
  7. Proposed nutrient and energy intakes for the European community: a report of the Scientific Committee for Food of the European community. Nutr Rev. 1993 Jul;51(7):209-12. doi: 10.1111/j.1753-4887.1993.tb03106.x. PMID: 8414226. ↩︎
  8. Dhonukshe-Rutten, R. A., Bouwman, J., Brown, K. A., Cavelaars, A. E., Collings, R., Grammatikaki, E., de Groot, L. C., Gurinovic, M., Harvey, L. J., Hermoso, M., Hurst, R., Kremer, B., Ngo, J., Novakovic, R., Raats, M. M., Rollin, F., Serra-Majem, L., Souverein, O. W., Timotijevic, L., & Van't Veer, P. (2013). EURRECA-Evidence-based methodology for deriving micronutrient recommendations. Critical reviews in food science and nutrition, 53(10), 999–1040. ↩︎
  9. Proposed nutrient and energy intakes for the European community: a report of the Scientific Committee for Food of the European community. Nutr Rev. 1993 Jul;51(7):209-12. doi: 10.1111/j.1753-4887.1993.tb03106.x. PMID: 8414226. ↩︎
  10. FAO/WHO/UNU/EPR/81/14 (1981, August). Provisional Agenda Item 3.1.2 and 2.1.2. Joint FAO/WHO/UNU Expert Consultation on Energy and Protein Requirements. Minimum Physiological Requirements and Recommended Dietary Allowances by G.H. Beaton. University of Toronto, Ontario, Canada. fao.org ↩︎
  11. Oddoye EA, Margen S. Nitrogen balance studies in humans: long-term effect of high nitrogen intake on nitrogen accretion. J Nutr. 1979 Mar;109(3):363-77. doi: 10.1093/jn/109.3.363. PMID: 430238. ↩︎
  12. Diferencias entre predicción extrapolación e interpolación ↩︎
  13. Butterfield GE, Calloway DH. Physical activity improves protein utilization in young men. Br J Nutr. 1984 Mar;51(2):171-84. doi: 10.1079/bjn19840021. PMID: 6704368. ↩︎
  14. Bhasin S, Apovian CM, Travison TG, Pencina K, Moore LL, Huang G, Campbell WW, Li Z, Howland AS, Chen R, Knapp PE, Singer MR, Shah M, Secinaro K, Eder RV, Hally K, Schram H, Bearup R, Beleva YM, McCarthy AC, Woodbury E, McKinnon J, Fleck G, Storer TW, Basaria S. Effect of Protein Intake on Lean Body Mass in Functionally Limited Older Men: A Randomized Clinical Trial. JAMA Intern Med. 2018 Apr 1;178(4):530-541. doi: 10.1001/jamainternmed.2018.0008. PMID: 29532075; PMCID: PMC5885156. ↩︎
  15. Lemon PW, Tarnopolsky MA, MacDougall JD, Atkinson SA. Protein requirements and muscle mass/strength changes during intensive training in novice bodybuilders. J Appl Physiol (1985). 1992 Aug;73(2):767-75. doi: 10.1152/jappl.1992.73.2.767. PMID: 1400008. ↩︎
Fecha de publicación: 21/05/2024 | Autor: Rubén Hernández González | Última modificación: 23/05/2024 a las 10:01
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3 comments on “La hegemonía de los consumos altos de proteína”
  1. Gracias por el artículo, dicho esto...actualmente se propone el índice de oxidación de aminoácidos como método más actual respecto al balance de nitrógeno, para evaluar las necesidades proteicas...¿Que opinión te merece el uso de este índice? Saludos Rubén!

    1. ¡Es una muy buena pregunta Patricia! Tal como comento en el artículo, quizás 'nuevo' no es sinónimo de 'mejor'.

      Todos los métodos tienen sus limitaciones, incluida la técnica de balance de nitrógeno que tratamos en este artículo, pero las que conciernen al IAAO son de especial interés. De manera muy resumida, se empleó para determinar los requerimientos de aminoácidos y está validado para este propósito pero, de cara a establecer un nuevo requerimiento de proteínas, es un método de medición aguda que no permite medir el impacto de diferentes niveles de ingesta de proteína a largo plazo. Esto es muy importante porque la tasa de recambio de urea es adaptativa y afecta a la estabilidad de la retención de nitrógeno en el organismo, lo que puede dar lugar a una sobreestimación de los requerimientos proteicos. Igual, el deporte y su carácter son un factor de confusión determinante para evaluar la extrapolación de resultados con este método a la población general.

      En el artículo parafraseo la respuesta que la EFSA dió para tu pregunta: "el método de balance de nitrógeno es el único que considera directamente la estabilidad de la reserva de nitrógeno del cuerpo y que tiene en cuenta las diversas funciones y vías metabólicas de las proteínas."

      Añadir que este es un tema que pienso desarrollar de manera apropiada en otro artículo.

      Un saludo y gracias por tu interés, Patricia.

      1. Gracias por tu respuesta Rubén, justo está semana me tocaba estudiar todo esto, y el artículo me ha venido al dedillo...

        Un saludo!

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